Las alfombras kilim son más que un simple elemento decorativo; son un universo en sí mismas. Su historia, técnica y simbolismo trascienden culturas y generaciones, pero hay algo que sigue generando curiosidad (y confusión): su nombre. Dependiendo de a quién le preguntes, podrías escuchar que se llaman kilim, kelim, quilim, killing, kilin o incluso kiling. ¿De dónde vienen tantas variantes y cuál es la forma correcta de referirse a estas piezas únicas?
En este artículo, no solo aclararemos la cuestión del nombre, sino que también exploraremos por qué estas alfombras tejidas planas siguen siendo tan relevantes en el diseño contemporáneo.
Un poco de historia: ¿Qué es un kilim?
Para entender el nombre, primero necesitamos comprender qué es un kilim. Estas alfombras tejidas planas se originaron en las regiones que hoy conocemos como el Medio Oriente, Turquía, los Balcanes y Asia Central. La palabra kilim deriva del término turco "kelime", que significa "palabra" o "frase", aludiendo a las historias que las alfombras narran a través de sus patrones y colores.
Las técnicas empleadas en la confección de los kilims han sido transmitidas de generación en generación, y su diseño suele tener significados profundamente arraigados en la cultura de la comunidad que los produce. Como señala la diseñadora de interiores Amber Lewis, “Un kilim no es solo un objeto decorativo; es una ventana a una cultura, una tradición y una forma de vida que valora el arte como parte del día a día”.
¿Por qué tantas formas de escribirlo?
La diversidad de formas para referirse a estas alfombras —kilim, kelim, quilim, y demás— tiene raíces lingüísticas y culturales. A lo largo de los siglos, la palabra ha viajado con las alfombras, adaptándose a los idiomas y pronunciaciones de cada región. Aquí algunas explicaciones:
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Kilim o Kelim:
Ambas son formas aceptadas. Mientras que kilim se asocia más al idioma turco, kelim es una variante usada en idiomas europeos como el alemán y el neerlandés. Es común ver ambas en literatura y diseño. -
Quilim:
Esta variante surge en países de habla hispana, donde la q a menudo reemplaza la k en las transliteraciones del turco. -
Killing, Kilin o Kiling:
Estas variantes pueden atribuirse a errores tipográficos o fonéticos. Sin embargo, su uso es tan extendido que es imposible ignorarlas. Como señala un artículo de la revista Architectural Digest, “La popularidad de los kilims ha llevado a que su nombre sea reinterpretado, especialmente en mercados occidentales”.
El impacto del kilim en el diseño contemporáneo
Aunque su nombre pueda variar, la esencia del kilim permanece intacta: son piezas artesanales que combinan tradición y versatilidad. Gracias a su diseño plano y patrones geométricos, los kilims han encontrado un lugar especial en el diseño contemporáneo.
La revista Elle Decor afirma que “los kilims son la respuesta perfecta para quienes buscan añadir textura y calidez a un espacio sin perder un estilo limpio y moderno”. Interioristas como Joanna Gaines han utilizado kilims para transformar espacios minimalistas en hogares acogedores, destacando su capacidad para adaptarse a diferentes estilos, desde el bohemio hasta el industrial.
La importancia de los kilims de yute y lana
En Kilim Me, nuestras alfombras kilim tienen un carácter único gracias a su composición en yute y lana, dos materiales que aportan durabilidad, sostenibilidad y un encanto natural. A diferencia de otros kilims tradicionales, que suelen estar hechos únicamente de lana o algodón, nuestra mezcla de materiales las hace más resistentes al uso diario sin perder su suavidad.
Según la diseñadora Justina Blakeney, “Los materiales naturales no solo conectan el interior de un hogar con la naturaleza, sino que también cuentan una historia. Cada fibra tiene un propósito y una función”.
¿Cómo incorporar un kilim en tu espacio?
Los kilims no son solo para suelos; su versatilidad los convierte en piezas multifuncionales que pueden adaptarse a cualquier espacio. Algunos usos populares incluyen:
- Suelos: Como alfombras principales o complementarias.
- Paredes: Muchos kilims son tan artísticos que funcionan como tapices.
- Muebles: Retapizar un sofá o una silla con kilim añade un toque bohemio y único.
Como señala la revista House Beautiful, “Un kilim bien elegido puede transformar por completo una habitación, convirtiéndose en el punto focal que define el carácter del espacio”.
El futuro de los kilims: Tradición y sostenibilidad
En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad, los kilims son un ejemplo perfecto de cómo el diseño tradicional puede ser relevante hoy. Su producción artesanal, materiales naturales y longevidad los convierten en una opción ideal para quienes buscan un consumo responsable.
Como concluye la revista Domus, “La tradición no es un obstáculo para la innovación; es su base. Los kilims son un recordatorio de que lo antiguo puede ser tan valioso como lo moderno”.
Conclusión: Llama a los kilims como quieras, pero no subestimes su valor
Kilim, kelim, quilim o incluso killing: independientemente de cómo decidas llamarlas, estas alfombras tejidas a mano merecen un lugar especial en cualquier hogar. Su belleza, historia y versatilidad las convierten en mucho más que un accesorio decorativo; son un homenaje al arte y la tradición.
En Kilim Me, nos dedicamos a preservar este legado ofreciendo piezas auténticas y únicas, directamente desde talleres artesanales. Porque, al final, no importa cómo pronuncies su nombre: lo que importa es que estas alfombras sigan siendo parte de nuestras vidas, una generación tras otra.